El de 2 mayo de 1962, Benfica se corona por segunda ocasión como campeón de la Copa de Europa tras superar por 5-3 a Real Madrid en un duelo en el cual el húngaro Ferenc Puskas marcó tres goles y se convirtió en el único futbolista que perdió una final de una competición de clubes del Viejo Continente pese a anotar un triplete.
Si antes de jugar una final de Europa, que suele presentar desarrollos cerrados, a uno le acercan un papel donde dice que un delantero del equipo propio convertirá tres goles en el PT, uno firma con los ojos cerrados, sin dudar del éxito que tendrá el emprendimiento. Pues no. Una vez más el fútbol hace añicos todos los pronósticos. Y entonces los tres goles del genial Ferenc Puskás que sirven para adelantar al Madrid 2-0 a los 23’ de juego y 3-2 al cierre del PT, no alcanzan para impedir la coronación del Benfica de Eusebio, que revierte el resultado en el complemento y redondea un magnífico 5-3 que es, en la actualidad, la segunda final con más goles de la historia.
Como suele ocurrir en estos casos, es un rush de la Pantera de Mozambique, que convierte dos tantos en cuatro minutos, el que define la suerte del pleito. Es cierto, el conjunto lusitano no aterriza en Amsterdam como favorito, pero tampoco es una cenicienta pobre y sin argumentos, ya que viene de conquistar su primera Copa el año anterior tras vencer al Barcelona en la final. Y ahora consuma su doble coronación ante el otro contendiente pesado de España en una competencia que ya cuenta con 29 participantes.
Estadio: Olímpico, Amsterdam. Público: 65.000.
BENFICA: Costa Pereira; João, Angelo; Cavem, Germano, Cruz; Augusto, Eusebio, Aguas, Coluna, Simões. DT: Guttman.
REAL MADRID: Araquistáin; Casado, Miera; Felo, Santamaría, Pachín; Tejada, Del Sol, Di Stéfano, Puskás, Gento. DT: Muñoz.
Fuente: www.elgrafico.com.ar
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