Con el título de Rosberg en Abu Dhabi, hace algunas semanas, sólo él y Damon Hill han sido capaces de prolongar la dinastía de sus padres como campeones del mundo de F1 desde que en 1950 se disputara la primera edición del certamen.
Nico Rosberg se ha convertido en el segundo hijo de un padre piloto de F1 que como él es capaz de proclamarse campeón. Normalmente, la tradición por la velocidad, el gusto por las carreras, se pasa de padres a hijos, pero en un mundo tan complicado como el de las carreras de Fórmula 1, en el que intervienen tantos factores, si llegar a estar en la élite es complicado, alcanzar la gloria es casi un milagro.
Sólo así puede entenderse que desde que se disputara la primera edición del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 en 1950, título para Giuseppe Farina (Alfa Romeo SpA), sólo dos hijos de padres campeones del mundo de F1 han sido capaces de igualar la gesta de sus padres: Nico Rosberg con su padre Keke Rosberg y Damon Hill con su padre Graham.
Damon Hill fue piloto de Fórmula 1 de 1992 a 1999, y fue en 1996 cuando se proclamó campeón del mundo pilotando para el equipo Williams, siendo también subcampeón en 1994 y 1995. Este título no le sirvió de mucho, ya que Williams le abrió la puerta tras conquistarlo, siendo contratado por Arrows, escudería con la que logró acabar la temporada en séptima posición. Después fichó por Jordan, con quienes se despediría de la F1 en el Gran Premio de Japón en 1999 y a quienes dio la primera victoria para la escudería en el Gran Premio de Bélgica de 1998.
Su padre, Graham Hill, fue campeón del mundo en 1962 (Owen Racing Organisation) y 1968 (Gold Leaf Team Lotus), además de ser en tres ocasiones subcampeón, cosechando un total de 14 victorias y 36 podios en la máxima expresión de la velocidad a cuatro ruedas. ‘Mr.Monaco’ –apodo que se le dio después de ganar en cinco ocasiones el GP de Mónaco, 1963, 1964, 1965, 1968 y 1969– moría en un accidente de aviación, cuando la avioneta que él mismo pilotaba ser perdió en las cercanías de Londres. Venía de probar el entonces nuevo HillGH2 en Paul Ricard.
La importancia de Williams en los éxitos de Rosberg y Hill
Nico Rosberg ha seguido los pasos de Damon Hill y tras proclamarse campeón del mundo, recoge el testigo de su padre, Keke que logró el título en 1982. Conocido por el sobrenombre de ‘El Finlandés Volador’, ganó su primera carrera en el Gran Premio de Suiza, disputado en Dijon, Francia, su primera carrera en el Mundial de F1. Luciendo el número 6 en su Williams FW08, el piloto nacido en Estocolmo logró el título en 1982 en su primera temporada con Williams, después de ganar sólo una carrera. Tras cuatro temporadas con Williams, fichó por McLaren, con el que acabaría en sexta posición final, antes de decir adiós a la F1 en 1986.
Hoy, 30 años después, su hijo Nico se ha proclamado campeón del mundo de la Fórmula 1, después de que debutara en la F1 como piloto oficial de Williams para el 2006, tras ganar el campeonato inaugural de la GP2 Series en 2005.
Curiosamente, tanto en los títulos de Hill como de Rosberg el papel de la escudería Williams ha sido de vital importancia. Sólo ellos dos han sido capaces de prolongar la dinastía de sus padres, por más que los hijos de otros grandes pilotos también lo hayan intentado o estén en ello. Es el caso del hijo de Alain Prost –a día de hoy en la Fórmula E–, el de Nelson Piquet, Nelson Piquet Jr, también en la FE, o el de Jacques Villeneuve, que triunfó en 1997, de nuevo con un Williams, aunque su padre, Gilles, que obtuvo seis victorias y 13 podios en la F1 y fue subcampeón en 1979, perdiendo la vida en la calificación del Gran Premio de Bélgica de 1982.
Fuente y fotos: Web.