El 22 de mayo de 2010 con goles del delantero argentino Diego Milito, el Inter de Italia, dirigido por el portugués José Mourinho, derrotó por 2-0 al Bayern Munich alemán en Madrid y ganó la Champions League.
Fue un día histórico para Inter: ese día consiguió ganar la Champions tras vencer 2-0 a Bayern Munich con dos tantos de Diego Milito y, de ese modo, levantó su tercer trofeo en la temporada (Copa Italia y Serie A). Coronó un año perfecto.
«Lograr lo que se logró ese año y con ese grupo de jugadores ha sido fantástico», comentó ‘El Príncipe’ al recordar semejante éxito.
El ‘Santiago Bernabéu’ estaba colmado. Nadie quería perderse una final en la que los dos equipos llegaban con la posibilidad de ganar el «triplete». Si bien Inter venía de eliminar al Barcelona de Guardiola con un planteo histórico de José Mourinho, los alemanes soñaban también con levantar la Orejona. Más allá de eso, el ex delantero de Racing explicó que llegaron a Madrid convencidos dar el máximo para quedar en las páginas más gloriosas del club milanés. «El Bayern era un súper equipo, los respetábamos, pero nosotros llegamos muy bien al partido, especialmente con mucha confianza», detalló.
Además, Diego reconoció la importancia del grupo que habían formado no sólo con sus compañeros, sino también con todo el cuerpo técnico. «Teníamos un grupo de jugadores extraordinarios, conducidos por un gran entrenador que nos convenció y nos hizo ir por ese sueño que teníamos desde el primer día y eso se valora mucho porque es muy difícil lograrlo. Es un motivo de orgullo haber sido parte de ese equipo», aseguró.
Milito fue la gran figura de la definición: dos goles y un domino absoluto frente a los defensores rivales. El MVP de aquella soleada tarde española. En ese sentido, desarrolló detalladamente cómo fueron sus conquistas.
«El primero fue un saque largo de Julio César. Ahí se la bajé a Sneijder y me fui al área porque sabía que cada vez que la tenía Wesley me buscaba constantemente. Me dio un pase bárbaro en profundidad entre el central y el lateral izquierdo y cuando me salió el arquero le amagué para que se tirara y le pueda pegar al espacio».
«El segundo fue una jugada que siempre intentaba hacer: ese doble enganche en el uno contra uno y por suerte me salió bien, me quedó para el interno del pie y pude cruzarla al otro palo. Son dos goles lindos y súper importantes en mi carrera por todo lo que significaron».
Seguirán pasando los años y en la cabeza de Milito y de todos los futbolistas de ese conjunto de Inter (Zanetti, Cambiasso y Samuel, los otros argentinos) quedará marcado a fuego ese festejo dentro del estadio junto a los fanáticos y a todos sus seres queridos. «Los recuerdos son imborrables y el valor con el paso del tiempo es aún mayor», concluyó.
Fuente: www.ole.com.ar
Foto: Reuters
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