El futbolista búlgaro, ganador del Balón de Oro de 1994, es lo único que los foráneos conocen de Bulgaria afirma la prensa de ese país. El recuerdo a este admirador de Messi en el día de su cumpleaños n° 51.

Georgi Dianov Georgiev es un periodista búlgaro y vive hace 17 años en España. Tanto como nativo de los Balcanes o como ciudadano español, sabe del legado que este terrible goleador generó en quienes lo vieron jugar y afirma que “lo único que los foráneos conocen de Bulgaria es a Hristo Stoichkov” que cumple 51 años este 8 de febrero.

“Es muy curioso cómo el fútbol nos une a todos y nos permite conocer los ‘extremos’ de todas las partes a nivel internacional. Gracias a este deporte, en las próximas décadas y siglos, probablemente no se hablará de los que lucharon por la independencia de un país, nación o etnia, sino que se hará más hincapié en las celebridades del mundo del cine, fútbol o moda: lo que nos preocupa más hoy en día”, señaló en una nota de su autoría.

Considerado el mejor futbolista de todos los tiempos en su país, fue ídolo de la afición barcelonista desde que aterrizara en el Camp Nou procedente del CSKA de Sofia de la mano de Johan Cruyff. Con el FC Barcelona ganó cuatro Ligas consecutivas, además de ganar la Copa de Europa 1992 en Wembley, en una final contra la Sampdoria que se decidió en la prórroga con un gol de Ronald Koeman en el minuto 111. En total, se alzó con 19 títulos nacionales y 4 internacionales.

Defendió los colores azulgrana en dos etapas: entre las temporadas 1990-91 a 1994-95 y 1996-97 a 1997-98. En toda su carrera marcó 278 goles en 574 partidos en su paso por los clubes CSKA Sofia (Blugaria) del que es el dueño desde el 2013;Barcelona (España); Parma (Italia); Al Nasr (Arabia Saudita); Kashiwa Reysol (Japón) y los Chicago Fire (Estados Unidos) y de la memorable selección búlgara del Mundial1994 donde la llevó al 4° lugar y compartió el trofeo de goleador con el ruso Oleg Salenko. Ambos convirtieron 6 tantos.

Como colofón de esta efeméride, valga las palabras de Georgiev que así recuerda Estados Unidos ’94: “Los jugadores volvieron como héroes y fueron recibidos como si hubieran ganado el Mundial. Todo el mundo estaba en la calle, con banderas en el aire, pitidos de los coches, bailes y demás. Era la felicidad de un país pequeño, que había puesto su ‘chincheta’ en un mapa mundial tan enorme. Eran…’los tiempos de Hristo Stoichkov’”.

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