El 26 de julio de 1981, el delantero de Talleres de Córdoba acabó con el récord histórico del arquero de FerroCarril Oeste que llegó a los 1075 minutos sin recibir goles, la mayor marca en el profesionalismo. El partido finalizó 1-1, fue la 31° fecha del Torneo Metropolitano que ganó el Boca de Maradona.
Humberto Rafael Bravo, delantero de Talleres, fue el encargado de hacer realidad una cuestión que ya parecía de ciencia ficción: marcarle un gol a Barisio. Aquel 26 de julio de 1981, en Caballito, un equipo albiazul millonario en figuras y humildísimo en resultados, no parecía ser el rival más indicado para quebrar el embrujo del arco verdolaga. Faltaban cuatro fechas para la finalización del torneo Metropolitano y la desproporción era abrumadora: Ferro, local, compartía el liderazgo con el Boca de Diego Maradona y aventajaba por 20 puntos a su visitante, urgido en sumar algún punto para escaparle al descenso.
Un gol de Miguel Juárez, al minuto del segundo tiempo, pareció ser el anticipo de una cómoda victoria de los de Carlos Timoteo Griguol, que además sumaban 17 partidos invictos. La crónica cuenta que Ferro se perdió una docena de goles antes del empate del “Tigre”, llegado a través de un sublime derechazo que hizo añicos el récord de Barisio cuando sólo faltaban dos minutos para la caída del telón.
El punto que se llevó Talleres fue, a la larga, el que necesitó para condenar al descenso a San Lorenzo y el que le faltó a Ferro para forzar un desempate con Boca, a la postre campeón. El trago amargo de aquel gol recibido no impidió que a casi cuatro décadas de su concreción aún se recuerde como “el que quebró la racha de Barisio”.
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