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El 16 de julio de 1916 se jugó en Buenos Aires, la primera final del Campeonato Sudamericano hoy Copa América, el primer torneo continental de fútbol y el más antiguo del mundo. Los incidentes generados en el partido replicaron en Montevideo. Entérense de cómo nació la rivalidad entre argentinos y uruguayos leyendo esta efemérides.

El domingo 1 de julio de 1916, el presidente argentino Victorino de la Plaza recibía a delegaciones de los países amigos invitados a las fiestas del centenario patrio.  El lunes 2, en el estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, en ese entonces el mejor de Sudamérica, Uruguay se enfrentaba con Chile. Así nació la Copa América, el primer torneo de fútbol continental y ahora el más antiguo del mundo. La excusa para jugarlo era precisamente el centenario de la declaración de la independencia de Argentina. Los equipos nacionales de Brasil, Uruguay y Chile fueron invitados a sumarse a la fiesta en Buenos Aires.

Argentina marchaba invicta con la victoria sobre Chile y el empate con Brasil. Sin embargo, Uruguay llevaba dos victorias al hilo.

Su jugador estrella era Isabelino Gradín, un potente delantero que formaba parte del Peñarol de Montevideo.

Junto a Juan Delgado fueron los dos únicos jugadores afrodescendientes en participar del certamen, al punto de que un dirigente chileno quiso impugnar la derrota de su seleccionado bajo el argumento de que Uruguay alineó «componentes africanos».

Gradín fue nombrado mejor jugador del torneo y resultaría máximo goleador del mismo. Sin embargo, no pudo marcar en el último partido.

El 16 de julio, en la cancha de GEBA se enfrentaban argentinos y uruguayos. Los charrúas con el empate le alcanzaba para llevarse la copa, la capacidad era de 15 mil espectadores y ¡había 60 mil!

El desborde de aficionados devino en una situación caótica e incontrolable. Como el número de espectadores excedía enormemente la capacidad de las tribunas la multitud terminó ocupando el campo.

Al observar los organizadores que las condiciones mínimas no estaban dadas, la comisión de la asociación de fútbol resolvió postergar el encuentro. Las autoridades coordinaron inmediatamente la realización del partido para un día después y prometieron a los espectadores su ingreso de manera gratuita.

Invadieron la pista imposibilitando el juego, el partido se suspendió y los hinchas enardecidos comenzaron a quemar las tribunas. El partido se suspendió a los 5 minutos donde la pelota, curiosamente, no se movió.

“El público protestó y pasando a mayores incendió las tribunas que quedaron destruidas, y cometió otros excesos, hubo heridos y contusos”, decían los medios de la época

Cuando la noticia llegó a Montevideo el pueblo se enfureció “creyendo que el incidente había sido preparado con el fin de impedir el triunfo del team uruguayo”. Incluso, una numerosa turba marchó por las calles gritando “¡Abajo Argentina!”. Qué mejor prueba que esta para saber desde cuando existe la rivalidad futbolística entre ambas naciones. La situación en la capital uruguaya pareció en un momento desbordarse, cuando la policía tuvo que colocar una guardia especial alrededor de la embajada y consulado argentinos.

Al día siguiente, como se había acordado, ambas selecciones chocaron en la cancha del Racing Club de Avellaneda, donde empataron 0 a 0, lo que convirtió a los orientales en los primeros campeones de la Copa América y la rivalidad entre argentinos y uruguayos había nacido.

Fuente y foto: www.bbc.comwww.elcomercio.pe

 

 

 

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