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En 1965, la firma lanza al mercado Tissot PR 516, con el primer brazalete de acero registrado del mundo con los agujeros, muy reconocible en muchos de sus diseños actuales. Si la robustez y el diseño único del mítico PR 516 demostraron la admiración hacia las grandes figuras automovilísticas del momento, más medio siglo después estamos ante el mejor tributo a los deportes de motor.

Los inicios

En 1853, Charles-Félicien Tissot y su hijo Charles-Émile, fundan el establecimiento «Charles-Félicien Tissot & Fils» en la localidad suiza de Le Locle. El catálogo de Tissot incluía relojes de bolsillo y colgantes. Su calidad se vio premiada en varias ocasiones en exposiciones nacionales e internacionales. Durante la Exposición Universal de 1900 la famosa actriz Sarah Bernhardt compró un reloj colgante de oro en el pabellón suizo.

Los relojes Tissot eran exportados a Estados Unidos y al Imperio Ruso. Hasta la revolución del 1917, el Imperio Ruso fue el principal mercado de Tissot, cuyos relojes llegaron incluso a la corte del zar.

Tissot y su relación con el automovilismo

La relación de Tissot con los deportes de motor se remonta a 1958, cuando el piloto suizo Harry Zweifel le envió a Tissot una fotografía firmada con la nota: Meine Tissot ist an jedem Rennen dabei («Mi Tissot está a mi lado en cada carrera»).

El PR 516, el reloj que lo cambió todo

En 1965, la firma lanza al mercado Tissot PR 516, con el primer brazalete de acero registrado del mundo con los agujeros, muy reconocible en muchos de sus diseños actuales.

Las competiciones de automovilismo inspiraron a Tissot a lanzar el Tissot PR 516. Su correa presentaba orificios perforados como los del volante de un coche de carreras. Una primicia que después imitaron muchas otras marcas.

Desde un punto de vista técnico, el Tissot PR 516 ofrecía una alta protección contra los golpes laterales y axiales gracias a su movimiento suspendido. De hecho, su nombre significa precisamente eso: Particularmente Resistente (PR).

En 1968, el piloto de rallies Henry Bradley, muy apegado a su Tissot PR 516, escribió el nombre de su reloj en su Ferrari.

Relojes y bólidos

Desde su lanzamiento en 1965, este modelo es todo un homenaje a los bólidos clásicos de competición: correas inspiradas en las características perforaciones ovaladas del volante, pulsadores que recuerdan a los pistones del motor, esferas que simulan los salpicaderos de aquellos automóviles… Los deportes de motor siempre han sido siempre fuente de inspiración para Tissot porque ambos coinciden en un estilo de vida activo, competitivo y tecnológico.

De hecho, los relojes de cuarzo se popularizaron gracias a la estrecha colaboración de la marca suiza con la Fórmula 1. Tissot se asoció con escuderías como Ensign o Renault, y con pilotos de fama internacional como el belga Jacky Ickx, conocido como Monsieur Le Mans por sus seis victorias en la mítica carrera de resistencia, el suizo Clay Regazzoni, estrella de Ferrari en los 70, o el estadounidense Mario Andretti, considerado uno de los mejores y más completos corredores de todos los tiempos.

Si la robustez y el diseño único del mítico PR 516 demostraron la admiración hacia las grandes figuras automovilísticas del momento, más medio siglo después estamos ante el mejor tributo a los deportes de motor.

Tissot y el motor

Después de numerosas reediciones a lo largo de los años, este reloj legendario sigue fiel a la pieza original y a la estética vintage a través de diferentes modelos, disponibles con correa de piel o brazalete de acero inoxidable, con movimiento de cuarzo o automático con una reserva de marcha de hasta 60 horas; en definitiva, un reloj suizo con líneas más modernas, caja con bisel de cerámica negro y taquímetro en la mayoría de los modelos de la colección. Detalles como las esferas minimalistas y los índices flotantes de los PRS 516 Powermatic 80, conforman un reloj excepcional que conmemora una época especial e inolvidable.

La vinculación de Tissot con los deportes de motor creció tras convertirse en cronometrador oficial del Campeonato del Mundo de Motociclismo en 2001, además de convertirse en el primer fabricante del reloj oficial de MotoGP.

La alianza que volvió a unir en 2015 a Tissot y al fabricante de coches francés Alpine sirvió para rememorar los éxitos del clásico deportivo Alpine A110 en los años ‘70, más conocido como Berlinette. El reloj Tissot V8 Alpine 2017 celebra así la colaboración entre ambas marcas con un guiño al verdadero espíritu de las carreras.

Fuentes y fotos: www.unitimeargentina.com – www.tissotwatches.com – www.joyeriamiguel.com – www.abc.es

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