El 8 de agosto de 1992, la selección española de fútbol logró la medalla de oro de local, venciendo 3-2 en la final a Polonia. En la “Roja” estaba uno que ganaría todo: el “Pep” Guardiola.
Sin los grandes animadores sudamericanos como Brasil, Argentina y Uruguay que no clasificaron para estos Juegos, se desarrolló el fútbol olímpico de Barcelona 1992. Tampoco las tradicionales potencias europeas: Alemania, Francia, Inglaterra u Holanda. Sólo Italia que sería eliminada en Cuartos de Final por el “dueño de casa” y, finalmente, campeón.
Sin embargo, no es para quitarles méritos a una selección que ganó todos sus partidos y no recibió goles hasta esa final con Polonia. El conjunto dirigido por Vicente Miera tenía en sus filas a jugadores de la talla de Luis Enrique, Kiko, el “Pep” Guardiola, Antonio Pinilla o el “Chapi” Ferrer.
España venía haciendo un gran trabajo de crecimiento de sus formativas que coronó con este logro, repetiría medalla en la Eurocopa Sub 21 de1998 y la presea plateada en Sidney 2000. Pero nadie imaginaría alzar la Copa FIFA, 18 años después de aquél oro olímpico que no fue producto del azar, sino de este camino de trabajo trazado que fue dando indicios en el tiempo con cada resultado.
