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Es el mayor de 28 hermanos y su padre lo abandonó a los tres años. Una canción lo salvó del suicidio. Marcó una época en la NBA, primero con los Chicos Malos de Detroit Pistons, luego con los míticos Chicago Bulls. Hizo de su vida un reality show y nunca abandonó su perfil polémico: hoy se define amigo del controvertido líder norcoreano Kim Jong-un. Las mil vidas del Gusano.

Veintiocho centímetros para soñar

Si en la Argentina un gran porcentaje de los futbolistas crecen en la calles de tierra de los barrios humildes, en los Estados Unidos la parábola es inversa: la NBA recluta sus jugadores desde las universidades. Y, en el caso de Rodman, todo se allanó cuando encontró una casa de estudios más interesada en formar atletas que ingenieros.

Southeastern Oklahoma es el trampolín al draft. Es el año 1986 cuando lo elige Detroit Pistons. Y Dennis llega a un equipo que, comandado por Isaiah Thomas, se plantea que ya no puede jugar al básquet sin rasparse los codos: “Tenemos que ser más sucios en cancha”, es el grito. Y qué mejor que un Gusano para eso. A su juego lo llamaron. A partir de allí, Thomas, Bill Laimbeer y Rodman se van a transformar en los Bad Boys de la NBA.

De a poco, a “The Worm” (El Gusano), “Dennis The Menace” (la amenaza, Dennis) o “el Loco Rodman” no tardó en transformarse en el encargado de hacer el trabajo sucio de la zona pintada del equipo. “Rodzilla” (también lo apodaban así) era capaz de “fajarse” abajo del aro con un animal de 2.15 y más de 140 kilos como Shaquill O´Neal, pero también de marcar a los mejores de la historia: Michael Jordan, Magic Johnson o Larry Bird. Tenía tanta confianza que, en una épica serie entre Pistons y Celtics, Rodman provocaba al rubio de Boston: “Larry Bird está sobrevalorado por ser blanco”. Era parte del juego del Gusano.

En los Pistons, Rodman consiguió su cartel de estrella. Primero, fue la pieza clave que convirtió aquel equipo anodino en la piedra más molesta del zapato de los grandes de la NBA. Y al tercer año (88-89) logró el anillo con el equipo. Cosa que repitieron en la temporada 89-90 donde además fue el mejor defensor de la liga. Y así sería hasta 1997 de manera consecutiva.

Cuando el equipo dejó de ganar y sus compañeros ya estaban para el retiro, Rodman abandonó al equipo en medio de una depresión muy grande. Fue allí que estuvo a punto de darse un tiro.

Madonna, los Bulls y Hulk Hoggan

Después de aquel fallido intento de suicidio en 1993, Rodman tiene un breve paso por San Antonio Spurs. Además de las detenciones por manejar alcoholizado y algún que otro show en los tribunales de Justicia, lo más ruidoso de aquellos días es que se conoce con Madonna.

Rodman tenía dos hijos (con los que, a la larga, repitió la historia que tuvo su padre con él) con su primera mujer, Michelle Moyer, varias denuncias por violencia y un par de perimetrales.

Y el amor con Madonna no fue muy distinto. Corría 1994 y eran una pareja explosiva para los medios. Hicieron una tapa para la revista Vibe que terminó en escándalo y nota fallida. La diva del pop quería un padre para sus hijos y lo hacía volar desde San Antonio en su jet privado: “Estoy ovulando”, era la batiseñal. Pero la semilla no prendía y, según Rodman, llegó a ofrecerle 20 millones de dólares para que le diera un hijo.

La cosa no anduvo y el embarazo recién llegaría cuatro años después, aunque de la mano de Carlos León, un preparador físico cubano. ¿Habrá cobrado los palos de Dennis?

Después sí, en 1995 entramos al high light de su carrera. Junto a Michael Jordan y Scottie Pippen forman uno de los mejores tríos de la historia: “Éramos el verdadero Big Three. El genuino. Nos queríamos mucho, había amor entre nosotros y no existía la envidia. Y así sigue siendo cada vez que nos vemos. Nosotros pusimos de nuevo a la NBA en el mapa a mediados de los 90”.

La historia es bastante conocida: Jordan se había retirado un tiempo del básquet por el asesinato de su padre (su cuerpo apareció misteriosamente en un riachuelo) y se había dedicado al béisbol donde no estaba ni cerca de ser algo parecido a un crack. Con su vuelta, Phil Jackson convoca a un Rodman que llegaba con más prejuicios que otra cosa. Pero el show sería total: el mejor de la historia (ese es Michael Jordan, claro), un Pippen glorioso (a pesar de los conflictos que fueron surgiendo por su bajo salario) y el mejor defensor de la NBA. Récord de victorias en la primera temporada juntos (en la fase regular), tres anillos consecutivos y el premio de mejor rebotero para Rodman en las tres temporadas. Con esas, sumó siete al hilo.

Fuente y fotos: www.infobae.com

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