Se dice de Tomás Felipe Carlovich (72) que fue el crack que huyó del éxito. Passarella, Pekerman, Menotti y todos aquellos que lo vieron jugar, aseguran que fue un fuera de serie. SLDES recopiló notas para seguir alimentando el mito del jugador símbolo del fútbol romántico de los años ’70.
Tomás Felipe Carlovich fue volante central que descollara en el recordado equipo de Central Córdoba que ganara el Campeonato de Primera «C» de 1973 y tuviera un fugaz paso por la primera de Rosario Central, Colón de Santa Fe e Independiente Rivadavia de Mendoza.
«Todos los técnicos que tuve durante mi carrera (Menotti, Labruna, Lorenzo) lo quisieron incorporar a sus equipos, pero al Flaco nunca le gustó dejar Rosario; una verdadera lástima. En Mendoza me cuentan que una vez lo convocaron para que jugara en un Combinado local y se juntó con Víctor Legrotaglie, otro malabarista del fútbol. ¡No les podían sacar la pelota!», dijo Leopoldo Jacinto Luque, ex River y campeón del mundo con Argentina en 1978.
«Cuando jugué en Sarmiento de Junín, en el Ascenso, me enamoré de Carlovich. Fue el mejor jugador que vi antes de llegar a Primera. Un astro, me hubiera gustado ser como él», señaló Daniel Passarella.
Este mítico hombre de 1,83 m., de voz con un increíble parecido a la de Roberto Reyna, aquel viejo corresponsal rosarino de Radio Rivadavia, asegura no saber por qué le dicen Trinche. «Vos sabés que no tengo ni idea. Era un muchacho de acá del barrio el que me lo puso. No sé por qué, no caigo. Lo veo al pibe, a él le decían Conejo», explica mientras gambetea las preguntas como cuando la pisaba en los potreros, antes de encerrarse en su amigo el silencio. Por Tablada cuentan innumerables anécdotas del Trinche, pero una de las preferidas de los rosarinos de sangre azul que siguen a Córdoba como al hermano menor, recuerda aquel legendario baile que la Selección local le pegó al equipo argentino que se preparaba para jugar el Mundial de Alemania ’74. Esa noche, el Combinado Rosarino no sólo goleó 3-0 a la Selección en el primer tiempo y recibió la orden de aflojar en el entretiempo, sino que el Trinche le metió un caño histórico a la Oveja Telch, a la sazón capitán del equipo nacional.
Sobre aquél partido, el testimonio del “Pato” Fillol, es contundente porque fue protagonista de dicho encuentro:
“Jugamos la base de la Selección Nacional que iba al Mundial ’74: enfrentamos en Rosario a un Combinado de jugadores rosarinos donde se destacaba Carlovich. ¡Que baile nos dieron esa no-che, y cómo jugó ese muchacho! Un talento comparable a Redondo o Cambiasso, o antes quizás a la Oveja Telch. Poseía la magia que distingue a estos tres jugadores».
«En aquella época estaba entero. Los pasaba, los esperaba y los volvía a pasar, pero porque lo sentía así. Me reía, no me podían agarrar. Me acuerdo de Tablón Bautista (NdelaR: Norberto Claudio Bautista, notable defensor de Rosario Central, Banfiled, Central Córdoba y el fútbol colombiano)), que no me salió nunca al cruce. El Viejo Griguol jugaba con los remos, te manoteaba, te agarraba», se entusiasma como cuando la pisaba.
Se le atribuye ser el inventor del doble caño, de ida y de vuelta. Al respecto, José Pékerman reconoció públicamente que seguió la campaña de Central Córdoba para verlo a él y dijo haber visto ese “doble paso” varias veces. “Tengo un recuerdo imborrable de él: tenía elegancia y habilidad”, recordó.
Y si de elegancia hablamos, podemos entender por qué el famoso modelo Ante Garmaz era su admirador y le regalaba corbatas. Conocido fue el amor por el fútbol del fallecido diseñador y conductor televisivo. Hincha de Boca, también tuvo vínculos con Deportivo Maipú, de Mendoza (representó al club ante la AFA en los 80). En ese equipo, donde el Trinche jugó un año, lo conoció. Por eso más tarde, cuando Central Córdoba se presentaba en Buenos Aires, jamás se perdía un partido en el que jugaba él. «Era el primero en llegar a la cancha», reconoce el ex futbolista. Y completa. «Después de los partidos en Buenos Aires siempre venía a los vestuarios. Una pinta bárbara. Me venía a saludar. Una vez me regaló una corbata firmada por Maradona».
Varios simpatizantes de San Telmo recuerdan la sorpresa que causó cuando el elegante diseñador apareció en la Isla Maciel en un partido jugado ante Central Córdoba el 6 de noviembre de 1980. Solo para ver al Trinche.
Dejó de jugar en el ’85 en la Liga Cañadense de Fútbol. ¿Por qué no triunfó en el fútbol grande? Lo explica el mismo, algo que tuvo que hacer muchísimas veces en su vida:
“¿Qué es llegar? La verdad es que yo no tuve otra ambición más que la de jugar al fútbol. Y, sobre todo, de no alejarme mucho de mi barrio, de la casa de mis viejos, de estar con el Vasco Artola, uno de mis mejores amigos que me llevó de chico a jugar en Sporting de Bigand… Por otra parte, soy una persona solitaria. Cuando jugaba en Central Córdoba, si podía, prefería cambiarme solo, en la utilería, en lugar del vestuario. Me gusta estar tranquilo, no es por mala voluntad”.
“Yo siempre jugué igual, con las mismas ganas. A lo mejor ir a Francia o al Cosmos, posibilidades que tuve en su momento, me hubiera cambiado la vida. Para mí, jugar en Central Córdoba fue como jugar en el Real Madrid”
Menotti lo convocó a la Selección en el ’76 y “no se presentó porque se fue a pescar y no pudo volver porque el río estaba alto”, palabras del “Flaco”. Compañeros como el “Cai” Aimar y el “Colorado” Mario Killer decían que “a veces había que ir a buscarlo, si no, no venía a jugar”. Carlos Timoteo Griguol, lo resume así:»fue un fenómeno de jugador, pero no le gustaba el sacrificio, por eso no triunfó. Jugaba conmigo en Central y prefería irse de caza o de pesca. ¡Qué lástima!”. Tenía condiciones técnicas únicas. Al marcarlo, el tipo desaparecía por cualquier lado y con él desaparecía el balón”.
¿Se imaginan Messi, Maradona, Bochini, Alonso, Riquelme o al crack de su equipo tener que ir a buscarlo para que juegue o hacer determinadas concesiones? Tal vez Carlovich vivió en una época donde creíamos que los talentos nunca se acabarían, hoy no sé … puede ser que más de uno quisiera tocarle el timbre o hacerle la casa al lado del estadio en estos tiempos que en primera juega cualquiera.
Fuente : El Gráfico – La Nación
Foto: Web