HISTORIAS – Empezaron en el tenis, crearon una marca histórica pero tuvieron que vender para sobrevivir: todo sobre Alpargatas

Fundada en 1883 para producir el calzado que le dio nombre, la compañía fue pionera en el negocio textil. En los ’70 nació Topper, un hito nacional hasta que pasó a manos brasileñas. Ascenso y caida de un gigante símbolo de la industria nacional.

Sus más de 100 años de historia la convierten en una de las compañías más representativas de la industria nacional. Comenzaron fabricando un calzado popular entre los pastores vascos, el cual le daría nombre a la firma; y se transformaron en punta de lanza del negocio de textil con marcas reconocidas y asociadas a hitos deportivos. Alpargatas tiene un largo recorrido desde su fundación y actualmente atraviesa un período de transformación tras una gran crisis, aunque, esta vez, de nuevo en manos argentinas.

La unión de dos mentes y su expertise dio inicio a la compañía en 1883. Por un lado estaba el inmigrante vasco Juan Echegaray, quien tenía experiencia en producir calzado de lona con suelda de yute; del otro estaba el escocés Robert Fraser, con conocimiento del área industrial y la ingeniería textil.

Justamente se unieron para fabricar un calzado cómodo, durable y barato: las alpargatas. Este producto tradicional había sido adoptado por los trabajadores por su simpleza y confort para desarrollar tareas. Había sido introducido por la inmigración vasca en Argentina de las décadas pasadas.

Crecimiento textil y nacimiento de Topper

Primero realizaban toda la producción de manera manual, pero dos años más tarde introdujeron una máquina para acelerar el proceso. Al poco tiempo se expandieron a Uruguay y Brasil. En 1890 inauguran su planta fabril en Barracas y después dan inicio al negocio textil con la instalación de los primeros telares para fabricar lonas. Sin embargo, a partir de los 60 se da el gran crecimiento de la empresa con la apertura de varias fábricas.

En 1965 construyen una planta desmotadora de algodón en Chaco tres años después empiezan a fabricar tela tejido Denim – utilizada para los jeans -; en 1972 abren una fábrica en Florencio Varela, en 1977 una de tejidos planos en Catamarca y otra en Corrientes en 1981. El negocio crecía de la mano de la popularidad de sus marcas, como las alpargatas Rueda, la ropa de trabajo Pampero; y los textiles para el hogar Palette.

Pero quizá la creación más conocida de Alpargatas fue Topper. Fue lanzada al mercado en 1975 como su alternativa textil deportiva. El nombre, aseguran, estaba inspirado en el nombre del perro de Eduardo Oxenford, por entonces titular de la firma. Si bien tuvo vínculo con varias disciplinas, la marca se volvió insignia en el tenis, en particular por vestir a leyendas como Guillermo Vilas y Gabriela Sabatini.

Crisis verde y amarilla

La compañía pasó a manos brasileñas en 2007. El grupo cementero Camargo Correa, que había adquirido su filial brasileña en los 80, pagó US$ 51,7 millones para tomar control de Alpargatas en el país. Su nuevo dueño se desprendió de la marca Pampero – se la vendió a una sociedad conformada por los dueños de Cardón y la familia Karagozian – y Palette – comprada por Coteminas – en 2010 y 2012, respectivamente.

A los problemas en el negocio local se le sumaron los escándalos de corrupción en Brasil. Primero Camargo Correa, salpicado por el caso Petrobras, le vendió la empresa al fondo de inversión J&F por US$ 716 millones en 2015. Luego este hizo lo mismo en 2017 luego de quedar envuelto en el Lava jato. Alpargatas pasó a ser controlada por un joint venture entre Itaú Investimentos, el fondo de inversión Cambuhy y Brasil Warrant.

Ventas y reactivación

En 2016, la filial local entró en crisis. A fines de ese año suspendió a todos sus trabajadores durante dos semanas. Desde 2017 hasta 2019 se desprendió de ocho plantas. En julio de 2019 anunció la venta de tres fábricas y una desmotadora de algodón por US$ 14,4 millones. Esta operación marcaba su despedida del negocio textil, en el cual seguía enfocado con la producción de denim y de artículos de limpieza bajo la marca Media Naranja. Se quedó solamente con su planta de calzado en Tucumán.

En tanto, Topper quedó en manos del empresario brasileño Carlos Wizard Martins, número uno del Grupo Sforza, desde 2018. El magnate pagó 260 millones de reales para controlar la totalidad de la marca en diciembre de 2019. Recientemente, Topper anunció un plan de inversión de $ 500 millones para los próximos dos años. Su meta es alcanzar una producción de 4,6 millones de pares de zapatillas para este año.

Por su parte, el negocio textil se dividió entre empresas nacionales. Cladd se quedó con la planta de Florencio Varela y Fibran con la de Catamarca. La desmotadora chaqueña Marfra se hizo con la de Corrientes y Chaco y decidió mantener el nombre Alpargatas Textil, con su look original previo a la toma de control brasileña. Según los nuevos dueños, prevén invertir US$ 20 millones en los próximos tres años para reactivar la firma. Aún mantienen la marca Rueda y esperan cerrar el 2021 con unos 12 millones de metros de tela fabricada.

Fuente: www.cronista.com

Foto: Web

Video: Youtube

 

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