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La F1 vuelve a Las Vegas 41 años después este fin de semana. Solo se corrió en el 81’ y 82’ teniendo a pilotos de Williams como protagonistas de ambas definiciones.

Bernie Ecclestone enviaría este retorno «porque yo también quería correr en el Strip, pero no me dieron permiso en el 82». Eso sí, a Bernie le sobra toda la parafernalia, boato y ‘show business’ que está rodeando esta carrera … aunque quizás eso sea precisamente lo que ha convencido a los responsables de la ciudad y al potente lobby de hoteles y casinos a volcarse en este evento.

Lo que pasa por alto es que aquellos GP no fueron un Gran Premio de Las Vegas, ni de Estados Unidos o, en último caso, Nevada. El nombre oficial era Caesars Palace Grand Prix. El único gran premio ‘comercial’ de la historia. Así que este es el primer Gran Premio de Las Vegas, aunque sea el tercero que se disputa en ‘la ciudad del vicio y el pecado’.

De aquella ocasión, los más veteranos del paddock recuerdan las camareras en bikini del Caesars Palace, en cuyo parking se celebraba la carrera y que Mario Andretti ha calificado este mismo fin de semana como «la mejor pista de karting del mundo».

Un trazado indigno el de 1981 y 1982, casi un Gran Premio ‘indoor’ pero que proclamó dos campeones del mundo, Nelson Piquet y Keke Rosberg, y permitió a Michele Alboreto ganar su primer Gran Premio. Y un detalle, las carreras también fueron en sábado, aunque en horario diurno. Está claro que esta vez no se va a cumplir lo de ‘no hay dos sin tres’, porque Max Verstappen ya tiene el título en el bolsillo, pero quién sabe si algún piloto logra su primera victoria.

En 1981, tres pilotos llegaron a Las Vegas separados por seis puntos –por entonces el primero se llevaba nueve puntos y el segundo seis, puntuado sólo los seis primeros– con Reutemann con un punto de ventaja sobre Piquet y seis sobre Laffite. Es ese Gran Premio donde ‘El Lole’ sospechó siempre que el equipo Williams le había boicoteado; con el título de constructores en el bolsillo, Frank habría ‘cedido’ el de pilotos a Nelson Piquet, que corrió con los Brabham de Bernie Ecclestone, devolviéndole el favor que Bernie le había hecho avalando la compra de los motores.

Piquet sudó para acabar quinto; no se preocupaba de su forma física, acabó deshidratado y llegó a vomitar en la carrera, pero era suficiente para ser campeón. Laffite pudo haberlo sido; remontó con su Ligier, pero se quedó sin neumáticos.

Al año siguiente Keke Rosberg llegó líder por delante de Didier Pironi y John Watson. Pero Pironi no podía correr a causa de su accidente en Alemania. Quedaba Watson, pero necesitaba ganar y que Rosberg no puntuara. John se clasificó mal, noveno, pero firmó una de sus habituales remontadas para acabar segundo. Incluso si hubiera logrado superar a Alboreto, que ganó su primer Gran Premio, habría sido insuficiente porque Rosberg fue quinto y sumó dos puntos.

Fuente: www.soymotor.com

Foto: LAT Images

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