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Así llamaban al trío compuesto junto a Bpbby Charlton y Dennis Law. La Liga en el ’67 y la Copa de Europa al año siguiente. El Manchester de Best se enfrentó al duro Estudiantes de Zubeldía, perdiendo la Intercontinental en Old Trafford. Los problemas de indisciplina comenzaban a ganarle al fútbol.

La estatua de George Best Denis Law y Bobby Charlton en Old Trafford (Phil Oldham/Shutterstock).

Una inoportuna lesión en un choque contra un rival ante el Preston North End lo alejó de las canchas justo en el momento del desenlace de la temporada y el Manchester United no sólo perdió la liga sino que también fue eliminado de la Copa de Europa por el Partizán, cuando Best regresó en mal estado, con una correa haciendo presión en su rodilla.

Una vez recuperado, la temporada 1966/67 fue, acaso, la mejor. Integraba un trío sensacional con Bobby Charlton y Dennis Law, al que se lo llamaba “La Santísima Trinidad” (en los alrededores de Old Trafford hoy hay emplazada una estatua de ellos). Convirtió 10 goles en 45 partidos y el Manchester United ganó la liga y compartió la Charity Shield (Supercopa) con el Tottenham tras empatar 3-3 (ese fue el primer partido transmitido por la TV en colores en la historia del fútbol inglés). Pero para el club la gloria llegó en 1967/68 cuando ganaron la Copa de Europa por primera vez para Gran Bretaña. El partido considerado clave fue el que dejó afuera al Real Madrid “Yeyé”, que había sido el monarca en 1966 (1-0, con gol suyo en la ida, 3-3 en el Santiago Bernabeu). Debía enfrentar otra vez al Benfica, pero en la final de Wembley.

En los noventa minutos, finalizaron 1-1, pero ya en el alargue Best marcó la diferencia y luego el Manchester United lo llevó al 4-1 final. Al terminar la temporada, Best fue elegido como mejor jugador inglés y el más joven en la historia en ganar este premio, y recibió también el Balón de oro de la revista France Football, por delante de su compañero Charlton, de Dragan Dzajic y de Franz Beckenbauer.

Sin embargo, esto no resultó de gran motivación para lo que vendría y ni él ni el equipo fueron los mismos en 1968/69, que terminó también con la renuncia de Busby. El Manchester United no sólo acabó perdiendo en Old Trafford la Copa Intercontinental ante el duro y rudo estudiantes de Osvaldo Zubeldía (1-1 luego de perder 1-0 en la Bombonera en la ida) sino que Best reaccionó con un puñetazo ante la vehemente marca de Hugo Tato Medina por el lateral. Los dos se fueron expulsados. “Nadie nos jugó más duro y sucio que este equipo argentino”, dijo después. Tampoco pudieron pasar de semifinales en la Copa de Europa, eliminados por el Milan de Gianni Rivera, a la postre campeón.

Ya Best no era el mismo. Era toda una celebridad y sus problemas de disciplina fueron en aumento. Lo amonestaban y suspendían seguido. En un partido ante Escocia, jugando para la selección de Irlanda del Norte, escupió al árbitro y le arrojó barro. Llegaba tarde a los entrenamientos, o directamente no concurría. En una oportunidad perdió intencionalmente un tren que lo llevaba a Stamford Bridge a jugar contra el Chelsea para pasar el fin de semana con la actriz Sinéad Cusack. Aunque irregularmente, también tuvo algunas actuaciones memorables, como cuando ante el Sheffield United marcó un gol luego de dejar en el piso a cuatro rivales en 1971/72. En esa misma temporada fue amenazado por hinchas del Chelsea y estuvo varios días sin ir a entrenarse, aunque también diversificaba sus horas con Miss Gran Bretaña 1971, Carolyn Moore. Al final de esa temporada y con 27 goles en 54 partidos, llegó a anunciar su retiro del fútbol pero volvió al poco tiempo y terminó tercero en la votación del Balón de Oro sólo detrás de Johan Cruyff y Sandro Mazzolla.

Muchos relacionaron ambas caídas, la del Manchester United y la del propio Best con la salida de Busby como entrenador. “Él hizo todo lo posible. Me habló con calma, me gritó, me suspendió, me abrazó y me habló como a un hijo. Él hizo todo, pero el que podría haber hecho más, era yo”, reconoció el crack muchos años más tarde.

Ni los otros integrantes de la “Santísima Trinidad” pudieron hacer demasiado por él. Bobby Charlton suele evocar una noche en la que habían regresado de jugar en Cardiff y al recordar que su mujer e hija estaban de viaje en Londres, invitó a Best a que lo acompañara a su casa para cenar. “Cuando ya cocinábamos pescado y preparábamos una ensalada, George me preguntó cómo era la vida de casado, el tener hijos, perros, ayudar en las tareas caseras y llegué a pensar que entonces había madurado”, contó, pero al día siguiente Best se presentó medio borracho al entrenamiento. Charlton le preguntó qué había pasado. Sonriendo, Best le explicó: “Salí de tu casa y mientras iba pensando en lo que me habías contado, me entró una sensación de agobio, y me tuve que ir al bar a relajarme”.

Para esa época, en un partido, el defensor David Sadler le recriminó que pasaba poco la pelota a sus compañeros y desde ese momento, Best comenzó a darle todos los pases a él, retrasando los ataques. El zaguero no volvió a repetir la queja.

Fuente y foto: www.infobae.com

 

 

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