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A comienzos de los 70, el gran equipo del Manchester United entró en su declive y Best no pudo evitarlo. Según sus biógrafos, eso acentuó su alcoholismo: como el fútbol ya no le daba satisfacciones, las buscó solamente en la bebida. Finalmente, en Manchester se cansaron de él y no le renovaron contrato. Inició entonces un largo derrotero por clubes británicos (algunos de categorías menores o regionales), estadounidenses, australianos o sudafricanos, en los cuales mostró retazos de su talento. Pero no llegó a durar en ninguno.

Ya era incontrolable. Su vida pasaba por discotecas, fiestas y pubs. y cada tanto anunciaba nuevos retiros, que no se concretaban y con el Manchester United en total declive. Su último partido con la camiseta de los Red Devils fue el 1 de enero de 1974, con una derrota de 3-0 ante el Queens Park Rangers en Loftus Road, y ya tres días después no fue al entrenamiento, por lo que el DT Tommy Docherty no lo convocó para el partido ante Plymouth Argyle por la FA Cup y lo sancionaron con dos semanas sin sueldo y el club lo colocó en la lista de transferibles. Al enterarse, Best salió del vestuario gritando “¡Nunca más jugaré para el United!”. Al acabar esa temporada 1973-74, acabó descendiendo a la Segunda División.

Desde su salida del Manchester United, Best inició una etapa de cambios permanentes, al no lograr continuidad en ninguna parte. Se fue a préstamo al Jewish Guild de Sudáfrica y pese a la gran expectativa que generó su presencia, sólo jugó cinco partidos y se fue muy criticado porque apenas iba a los entrenamientos. Se fue entonces al Dunstable Town, de la Football Southern League, que estaba en reestructuración. Todos pensaron que se quedaría a jugar la temporada 1974/75, especialmente cuando donó 25 libras para la compra de redes, pero apenas duró tres partidos y el si bien el equipo ascendió, el costo de haberlo contratado junto al delantero Jeff Astle, del West Bromwich, generó su desaparición al año siguiente. En noviembre de 1975 fue contratado por el Stockport County, de la Cuarta división. Era toda una atracción y hasta le hizo dos goles en el 3-2 del debut ante el Swansea City, pero otra vez sólo disputó tres partidos y al mes siguiente se fue al Celtic Cork pero duró hasta enero de 1976, cuando se fue al Drogheda United en la liga irlandesa, pero otra vez sólo por tres partidos.

En 1976 se terminó yendo a jugar a los Estados Unidos, al Los Ángeles Aztecs. Parecía el lugar ideal. Lejos de los reflectores y de la prensa, podría alternar más tranquilamente el fútbol y las salidas y jugaría en la misma liga que Pelé, Johan Cruyff y Franz Beckenbauer. En 24 partidos marcó 15 goles, aunque en el receso regresó a Inglaterra para jugar en el Fulham. Al regresar a Los Ángeles fue considerado el mejor volante de la Liga Norteamericana de Soccer (NASL) en 1977 y en esta etapa se inauguró el “Bestie’s Beach Club”, que continuó dirigiendo hasta los 90 (hoy es conocido como “The Underground” (El Subte). Desde la segunda mitad de 1978 y todo 1999 jugó para el Fort Lauderdale Strikers, aunque volvía siempre al Reino Unido, ahora para jugar en el Hibernian escocés, en el que si bien no pudo evitar el descenso, ayudó a salvarlo económicamente porque la gente iba a verlo jugar. Otra vez volvió a los Estados Unidos para ponerse la camiseta de San José Earthquakes entre 1980 y 1981, aunque formó parte del Detroit Express en una gira por Europa.

Su carrera siguió en 1982 en el Hong Kong Rangers FC y el Sea Bee, de la primera División, pero otra vez fue muy criticado por su falta de compromiso y entonces a finales de año decidió regresar a la Tercera división inglesa para jugar por el Bournemouth; pasó en 1983, ya con 37, por el Brisbane Lions de la National Soccer League de Australia y su último partido oficial fue en el Tobermore United de su país, el 11 de febrero de 1984, por la Copa Irlanda, ante el Ballymena. Fue aplaudido por todos, pese a que su equipo cayó por un duro 7-0.

Su carrera había comprendido 717 partidos, con 254 goles y 37 partidos con 9 goles en su selección, y la frase que quedó acuñada por siempre en Belfast: “Pelé Good, Maradona Better, George Best”.

El hecho de haber jugado para Irlanda del Norte como internacional le quitó la chance de un mayor protagonismo en el nivel de selecciones nacionales. Debutó a los 17 años ante Gales el 15 de abril de 1964 y tuvo algunos partidos memorables como el que le marcó a Inglaterra en el WSindor Park, en Belfast, en 1971, cuando el recordado arquero Gordon Banks quiso poner la pelota en el suelo para darle con el pie, él se la robó, la tocó por encima de su cabeza, ambos corrieron hacia el arco y Best llegó primero para empujarla a la red. Se retiró ante Holanda el 12 de octubre de 1977 en un partido válido por la clasificación al Mundial 1978. El equipo norirlandés no lograba entrar en los grandes torneos y sumado a eso, al ser justo la época del conflicto británico en el Ulster, a veces debía jugar como local en otras ciudades del Reino Unido. Con 36 años, sin embargo, por fin parecía llegar una oportunidad de jugar un Mundial, el de España 1982, al que su selección se clasificó y el DT Billy Bingham lo tuvo en su lista de posibles convocados, pero al final, por su irregularidad, acabó desistiendo. Su campaña consistió en 37 partidos, con 9 goles.

La Federación Internacional de Historia y Estadística (IFFHS) lo consideró en el undécimo lugar entre todos los jugadores de fútbol europeo y 16 entre los mejores del Siglo XX, y estuvo entre los 22 jugadores con los que se inauguró el Salón de la Fama de Inglaterra. En 2006, al año siguiente de su muerte, cuando hubiera cumplido 60 años, el aeropuerto de Belfast pasó a llevar su nombre.

Algunos creen que su problema se profundizó cuando en 1978 falleció su madre Anne, a los 55 años, por alcoholismo, pero ya en 1974, a los pocos días de terminar su carrera en el Manchester United, fue detenido pero liberado al pagar 6000 libras de fianza. Se le acusaba de haber robado un abrigo de piel, un talonario de cheques, el pasaporte y otros objetos del departamento de la Miss Mundo Majorie Wallace, pero luego se supo que tras una borrachera, no se ponían de acuerdo sobre el destino al que querían ir. La modelo, a Hawaii y él, a Marsella, y todo estaba en un coche que dejaron abandonado en la puerta de un pub.

Fuente y foto: www.infobae.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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