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En los años 50 las mujeres comenzaron a integrar las filas de General Motors, entregando su visión de diseño para los vehículos de la época.

Hoy en día es muy común encontrar mujeres en todos los procesos de la producción de un automóvil, pero esto no fue así siempre, ya que siempre se consideró un rubro muy masculino y muy cerrado para las damas.

La historia comenzó a cambiar en 1943, cuando General Motors contrató a su primera diseñadora para el equipo de estilo, accesorios, luces y equipos para los interiores de sus autos,  y a partir de ese momento el rol que distintas mujeres hicieron que  del mundo de los autos sea más accesible para el sexo femenino.

Si bien Helene Rother, pionera en el equipo de diseño de GM, solo duró cuatro años en su puesto, antes había diseñado joyería en París e ilustrado para Timell Publicaciones, que luego se convertiría en Marvel, eso fue suficiente para que luego pudiera abrir su propio estudio de diseño como la «primera mujer diseñadora de autos».

Al parecer la experiencia de GM fue bastante buena con la incorporación de la fuerza laboral femenina a sus filas, ya que poco después, a inicios de 1950, Harley Earl, vicepresidente de diseño de GM en la época, decidió crear un equipo especial de mujeres que se encargarían de diversos aspectos en las variadas marcas del conglomerado.

«La mujer moderna de hoy no es solo una voz desde el asiento trasero, y tiene la última palabra en siete de cada 10 autos. Así el gusto femenino está representado por estas mujeres», decía un documental de aquellos años, realizado por la misma compañía para dar a conocer a sus nuevas contrataciones.

Así nacían «Las Damas del Diseño», un grupo de mujeres de entre 20 y 30 años con grados de diseño del Instituto Pratt y la Academia de las Artes de Cranbrook.

Seis de ellas trabajaron en el desarrollo de interiores de los modelos de GM, mientras que otras cuatro compartieron su tiempo entre el desarrollo de exhibiciones de autos y la creación de ítems para la casa y la cocina con Frigidaire, subsidiaria de General Motors por aquellos tiempos.

Harley Earl, justificaba la decisión de sumar un «punto de vista femenino» a General Motors, principalmente porque estaban estudiando y comprando autos en mayores cantidades que nunca antes, «Las mujeres ganan US$ 42 mil millones anuales, lo que las convierte en consumidoras muy importantes por derecho propio», señalaba.

Según Susan Skarsgard, diseñadora y archivista de GM esto «abrió las puertas para muchas mujeres, pero al mismo tiempo eran objetivadas, fotografiadas como si fueran modelos, y relegadas cuando se trataba de responsabilidades mayores. Pero todas ellas eran altamente talentosas, tomaron la oportunidad y no la soltaron».

A pesar de estar contratadas por una de las tres gigantes de Detroit, la influencia de «Las Damas del Diseño» estaba limitada a aspectos específicos de los autos, y el diseño exterior, el panel de instrumentos o el tablero, estaban fuera de sus límites y solo podían ser trabajados por hombres.

Si bien muchas de las diseñadoras que pasaron por GM en la época recuerdan esa experiencia como una posibilidad que las llevó a mejores oportunidades, la mayoría coincide en que, de alguna manera, «Las Damas del Diseño» contribuyeron a la integración femenina en la industria del diseño automotriz.

Fuente y foto: www.carburando.com

 

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