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Fue campeón mundial, lo echaron del boxeo y ahora barre calles en Mar del Plata.

A Luis Lazarte lo suspendieron de por vida por amenazar a un árbitro sobre el ring en 2012. Al borde de los 50 años reconoce que no supo aprovechar su oportunidad, pero agradece tener trabajo aunque se tenga que levantar a las tres y media de la madrugada

Un campeón mundial expulsado de por vida del boxeo. Hay un caso en un millón. Y está en Mar del Plata. Sin embargo, se presume difícil encontrarlo porque el vetado lleva años alejado de los gimnasios y sólo lo han visto trabajando en las calles. “Lo mejor es caminar sobre la Peralta Ramos hasta que lo veas”, da una pista un kiosquero, porque aquí todos saben que el tipo se gana la vida como barrendero de las arterias principales de la ciudad. Y es cierto, ahí está el hombre prohibido, barriendo cordones de calles onduladas, juntando hojas y embolsando lo que encuentra al pasar. Recordado por su estilo callejero y sucio, ahora se muestra amable y laburador. A los 49 años, Luis Lazarte limpia con entereza y orgullo. Tal vez esa sea una forma de limpiar su imagen. Porque, después de todo, los boxeadores siempre quieren una revancha.

En el 2012, Lazarte recibió el peor de los castigos de la Federación Internacional. Lo echaron del boxeo por haber amenazado de muerte a un árbitro, en pleno combate. “Si querés hacer fotos todo bien, pero de boxeo no quiero hablar, a mi me echaron como a un perro, podemos hablar de mi vida como atleta. Ahora me dedico a correr maratones con mi mujer y me va bastante bien”, delimita el territorio de la charla, como si esto se tratara de un combate sin ring, ni jurados. Está a la defensiva porque hay un hecho que todavía lo mortifica. El 10 de febrero del 2012 perdió la chance de recuperar el título mundial ante John Casimero, un filipino del team de Pacquiao. Esa noche el árbitro paró la pelea en el décimo asalto porque Lazarte estaba recibiendo una paliza. Antes, hubo infracciones de todo tipo, cabezazos y codazos recíprocos, incluso él mordió dos veces en el hombro a su rival.

El ánimo estaba caliente en el Club Once Unidos. Y los muchachos de los bombos estallaron con el festejo del filipino, que se paró en las cuerdas del ring, se golpeó el pecho dos veces y desafió a la muchedumbre que le era hostil. Casimero había cometido el sacrilegio de ganar una pelea de título mundial en Argentina, con la presencia de los “muchachos de Camioneros” en las tribunas. Por eso, al asiático le tiraron vasos, sillas y hasta subieron al ring para pegarle a él y al resto de la comitiva. El bochorno fue televisado. “Me rajaron del boxeo porque en uno de los rounds, cuando el árbitro me bajó un punto, le pregunté: ¿Vos querés salir vivo de acá? Pero no fue amenaza, fue una pregunta que se interpretó mal. Yo le pedía que fuera parejo, pero ya está, me equivoqué”, dice Lazarte, quien pide disculpas, porque aún carga con la mochila de haber sido un mal ejemplo de deportista. Desde Estados Unidos, Eddie Claudio, árbitro de aquel combate, agrega una versión más a los hechos.“Yo no escuché la amenaza, eso lo escucharon los veedores. Recuerdo que fue una pelea callejera. Esa noche yo estuve de más. No sé para qué querían árbitro, si los dos peleaban sin reglas”.

Fuente y foto: www.infobae.com

Video: Youtube

 

 

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