Uno de los coches más icónicos de la historia de la automoción cumple medio siglo de vida, un vehículo obra de Giugiaro y muy adelantado a su tiempo.
James B. Irwin y David Scott viajan al espacio y se convierten en los primeros astronautas que usan un coche lunar, el famoso ‘rover’. Muhammad Ali es derrotado por Joe Frazier, campeón del mundo de boxeo, y la Torre Sur de las Torres Gemelas llega hasta los 415 metros, convirtiéndose en el segundo edificio más alto del mundo. Todo esto sucedía en 1971, año en el que uno de los carroceros italianos más importantes del mundo creaba un ícono. Giorgetto Giugiaro y su equipo daban vida al Maserati Boomerang.
Se trataba de un concepto de deportivo innovador por un diseño en el que nada se escapaba de la aerodinámica. Tremendamente bajo y con un morro muy afilado, el Boomerang se presentó en el Salón de Turín del 71 como prototipo, si bien en 1972, se mostró a la prensa y al público como coche definitivo. Sólo se fabricó esa unidad, por lo que hablamos de un auténtico one-off.
Ese Boomerang utilizaba el chasis de un Maserati Bora y empleaba un motor V8 de 310 caballos colocado en posición central, el mismo que desarrollaba 310 caballos de potencia. La tracción era a las ruedas traseras, la caja de cambios de cinco marchas y alcanzaba los 300 kilómetros/hora, unas cifras realmente escandalosas para su época.
Un coche único en el mundo
El Boomerang fue un vehículo rompedor debido a la forma en cuña de su diseño, en una clara referencia a la deportividad, que Giugiaro enfatizó con detalles como una muy reducida altura, un corte vertical de la trasera y la ausencia de espejos retrovisores
Este Maserati fue bocetado con una línea horizontal que dividía el coche en dos volúmenes, con el parabrisas inclinado y el techo panorámico. Las ventanas de las dos puertas venían intercaladas con una tira de metal. Los faros cuadrados retráctiles destacaban en la parte delantera (hoy una solución impensable debido a normativas de seguridad vial), junto con las luces horizontales de la zaga. El interior también era rompedor, ya que la instrumentación quedaba encajada en un volante sin radios y los asientos tenían una posición muy baja.
La única unidad del Boomerang fabricada se utilizó para diversos fines, entre ellos, como showcar para más salones para, posteriormente, ser adquirido por varios particulares. Incluso se ha utilizado como modelo publicitario y ha sido fuente de inspiración para los diseñadores de Maserati y otros de marcas del estilo ahora que cumple 50 años.
Fuente y fotos: www.caranddriver.com