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En esta última entrega compartimos con nuestros seguidores, cómo son los síntomas del codo de tenista, su tratamiento y prevención de esta dolencia.

Síntomas del codo de tenista

Si llevas días con un molesto dolor en la zona del codo tras algún movimiento repetitivo o tras jugar al tenis, debes saber que la evidencia más usual de epicondilitis (codo de tenista), que permite identificar si lo sufres, es el dolor en la cara externa del codo. Esta dolencia suele venir acompañada de impotencia funcional en movimientos como hacer presa o agarre con la mano (por ejemplo cuesta coger una taza o girar el pomo de una puerta). En ocasiones, el dolor aparece en movimientos como elevar un objeto o provocar una rotación, como por ejemplo, el gesto de llenar un vaso sujetando una jarra.

Otro de los síntomas de la epicondilitis es que también a la palpación se aprecia dolor punzante en la parte lateral externa del codo, en la zona blanda que bordea la prominencia ósea.

El dolor en el codo de tenista suele ser de tipo constante y sordo y, aunque no reviste gravedad a nivel neurológico, se manifiesta de forma irradiada hacia la muñeca y el antebrazo por el discurrir de los nervios de estas musculaturas.

Al tratarse de una tendinitis, el dolor aumenta contra resistencia, es decir, al efectuar una flexión o extensión contra una fuerza contraria.

Tratamiento y prevención del codo de tenista

Debido al origen inflamatorio de la lesión, la primera medida para tratar la epicondilitis o codo de tenista será la crioterapia (aplicación de hielo) al inicio de la aparición de síntomas, posteriormente se empleará el calor como tratamiento normalizado; por otro lado, y teniendo en cuenta el origen tendinoso, el reposo será el segundo paso del tratamiento.

El uso de antiinflamatorios no esteroideos es positivo para este tipo de dolencias, ya sea de aplicación tópica (cremas y geles) o ingeridos. La fisioterapia, la aplicación de láser y ultrasonidos, y la rehabilitación a base de ejercicios y estiramientos progresivos, son el complemento ideal para la recuperación del codo de tenista.

Sabiendo el origen del mecanismo de lesión (los ejercicios repetitivos en posiciones forzadas), la detención de estas actividades será el mejor tratamiento rehabilitador. Apartado del foco generador de la lesión, esta misma remitirá gradualmente.

A colación con esta medida, se debe estudiar la calidad de higiene postural a la hora de realizar las actividades lesionales. En la mayoría de los casos de codo de tenista, la reeducación postural es la medida más efectiva. Corrigiendo los movimientos, se evitan los vicios posturales tan nocivos para las estructuras tendinosas. De esta forma, se disipan las posibilidades de lesión recidivante.

Existe una ligera controversia en el uso de infiltraciones de esteroides glucocorticoides. A corto plazo el dolor desaparece, pero a largo plazo no hay evidencia de que su aplicación aumente las ventajas de este tratamiento. Además, el riesgo de ruptura local de la inserción del tendón compromete este tratamiento

En casos extremos y crónicos de epicondilitis, se puede acudir a la opción quirúrgica a fin de liberar el tendón del hueso.

Prevención del codo de tenista

Como se explica anteriormente, la higiene postural es el mejor método para prevenir una epicondilitis. Realizar los movimientos con una técnica adecuada provocará que los tendones no se sometan a tensionen de exageradas.

Por otro lado, dar descanso a estas estructuras después de sesiones de actividad elevada puede contribuir a evitar la aparición de esta patología. Los estiramientos y los masajes preventivos son altamente beneficiosos, así como el uso de ortesis o coderas elásticas.

Fuente y foto: www.webconsultas.com

 

 

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