SALUD Y DEPORTE – Psicología Deportiva en el Automovilismo

Aprender a dominar el estrés competitivo, el control de la atención y concentración, el aumento de la autoconfianza, la regulación de activación, entre otros, siendo siempre objetivos dirigidos a potenciar sus capacidades y permitir un mayor control interno.

La psicología cada vez se introduce más en el ámbito del automovilismo, es por eso que la incorporación de nuestro rol en el equipo de trabajo, aporta una función facilitadora del aumento del rendimiento, la mejora de resultados y el equilibrio en el control emocional de pilotos y navegantes (en caso del rally). Esta disciplina, a diferencia de otras, no tiene la posibilidad de entrenarse a diario en el auto de competición, por lo tanto, el entrenamiento mental es de suma importancia, ya que, a través de diversas técnicas, el piloto logrará que su mente sienta sensaciones muy similares a las que estaría viviendo en una carrera.

Desde mi experiencia personal a lo largo de más de 10 años con pilotos y navegantes de la Patagonia y también a nivel nacional e internacional, trabajamos con programas de entrenamiento psicológicos, ejercicios de respiración, visualizaciones guiadas o ensayadas, simulador y trabajo con cámaras, para aprender a dominar el estrés competitivo, el control de la atención y concentración, el aumento de la autoconfianza, la regulación de activación, entre otros, siendo siempre objetivos dirigidos a potenciar sus capacidades y permitir un mayor control interno, de su entorno social y competitivo a fin de dar lo mejor de sí mismos.

El trabajo se estructura en dos momentos una vez que se conoce la demanda: la evaluación y el entrenamiento. En el primero, se seleccionan técnicas de evaluación específicas junto con las estrategias de intervención a realizar. Es decir, trabajando las necesidades individuales y no un conjunto de necesidades estandarizadas. Cada intervención es concreta y adaptada a la demanda de cada piloto. En el segundo momento, las demandas se transforman en objetivos, planteados a corto, mediano y largo plazo, divididos en objetivos de rendimiento y de resultado carrera a carrera. Además de trabajar con el piloto y navegante.

Mi enfoque se orienta a que los competidores logren:

-Potenciar la fortaleza mental: Las variables asociadas a estar “fuerte de cabeza” tienen que ver con el autocontrol, la tolerancia a la frustración y la capacidad para solucionar problemas, habilidades que se relacionan entre sí, ya que se busca que el piloto sepa mantener un control emocional ajustado a la situación negativa que esté teniendo (por ej.: una falla en el auto, rotura de neumático, problemas de motor, seguidilla de malos resultados, etc. para poder sobreponerse a la situación sin que aparezca la frustración y posterior bloqueo (que solo lleva a no encontrar ninguna salida razonable).

-Obtener el máximo rendimiento de la atención y la concentración: una de las misiones más importantes es lograr que el piloto conozca cuales son los focos atencionales más adecuados para las diferentes situaciones de competencia, a fin de concentrar su atención de la forma más óptima, es decir, teniendo facilidad para cambiar rápido de foco, seleccionar a que estímulos va a atender y cuales va a descartar y controlar la activación en función al grado de concentración que se tenga (por ejemplo, en el rally: foco amplio externo e interno al hacer hoja de ruta, o foco reducido externo e interno cuando voy por el tramo en carrera y solo debo atender al camino).

-Mantener la estabilidad emocional: a través del ensayo mental con visualización o el biofeedback mediante imágenes y detección de respuesta fisiológica, podemos anticiparnos a situaciones de carrera que disparan diferentes emociones, por eso con ejercicios de visualización de una determinada situación de carrera, podemos detectarlas, evaluarlas, y determinar si van a aportar o complicar el rendimiento.

-Optimizar la asunción de riesgos: el riesgo es parte de la carrera y una variable necesaria para mejorar, por lo que es importante reforzar la confianza del piloto para tener buen control, afrontar miedos y utilizar la atención selectiva para no dudar en la toma de decisiones y ejecutar rápido la acción.

-Aprender a controlar los estresores de la carrera: detectar todo aquello que antes, durante y después pueden generar respuesta fisiológica, mental o motora, desde el propio circuito hasta el contexto que rodea al competidor para establecer respuestas de afrontamiento y disminuir el impacto que provocan estos estímulos.

-Lograr buena cohesión con el equipo: permanecer unidos confiando en el rol que cumple cada uno ya que tanto las victorias como las derrotas son compartidas por todos sus integrantes.

Para finalizar, resaltar la importancia del acompañamiento en algunas competencias, en donde me resulta muy útil observarlos y ver la puesta en marcha de todas las herramientas adquiridas en el consultorio, además de ofrecerles un espacio de trabajo y tranquilidad, sobre todo cuando las cosas no vienen saliendo bien.

 

Lic. Julieta Jacobo

Lic. en Psicología.

Mg. en Psicología de la actividad física y deporte.

Email: lic.julietajacobo@gmail.com

 

Fuente: Revista Psicodeportes (APDA – Asociación de Psicología del Deporte Argentina)

Foto: web

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