SALUD Y DEPORTE – Remo y tiro con arco, dos aliados en la lucha contra el cáncer de mama

Está demostrado que el ejercicio físico proporciona numerosos beneficios en los pacientes con cáncer. La práctica de deporte mejora su calidad de vida en el proceso de su enfermedad y disminuye su incidencia. Incluso, una vez desarrollada la enfermedad el deporte reduce el impacto negativo en la salud física y emocional de los pacientes.

María Valero, oncóloga del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla, considera que “tenemos el concepto erróneo de que la debilidad provocada por los tratamientos debe tratarse con reposo. Por el contrario, numerosos estudios han demostrado la eficacia del ejercicio físico en controlar la fatiga (o cansancio) provocada por éstos, al igual que otras sintomatologías como las náuseas, la falta de apetito, el dolor muscular y articular y las alteraciones del sueño”.

También se ha observado en estudios preclínicos que la actividad física hace que aumente la respuesta en los tratamientos oncológicos actuando sobre el control del crecimiento y la diseminación tumoral por su efecto sobre la proliferación/apótosis celular, a través de mecanismos aún no del todo conocidos, y por su efecto sobre la activación del sistema inmunológico.

“Por todas estas razones, es necesaria la creación de Unidades de Ejercicio Físico dentro de los servicios de oncología en donde trabajen de forma multidisciplinar especialistas en ciencias del deporte, rehabilitadores, fisioterapeutas y oncólogos para implementar programas de actividad física adecuados a cada fase de la enfermedad y del tratamiento”, asegura la doctora Valero.

En el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid se están desarrollando programas de rehabilitación deportiva para pacientes con cáncer de mama, el tipo de tumor más diagnosticado del mundo en mujeres. Muchas de estas pacientes sufren linfedema, una inflamación del brazo y de la mano que surge como consecuencia de la extirpación de los ganglios de la axila, que suele ser donde este tumor se extiende.

En opinión de Lucía González Cortijo, jefa del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, “para mejorar los efectos del linfedema, es aconsejable entrenar la fuerza del brazo y del hombro. Entre las actividades que se ha visto que reducen sus síntomas destaca el tiro con arco, ya que es un deporte que ayuda a reforzar la musculatura dorsal, pectoral y la fuerza”.

Quirónsalud Madrid con la colaboración de la fundación ‘La vida en rosa’ está realizando un proyecto con mujeres que sufren este problema. La actividad denominada ‘Arqueras rosas’ reúne a pacientes que sufren linfedema y se les incluye en un programa de entrenamiento en tiro con arco en el Club de Arqueros de Pozuelo. “Las pacientes han mejorado en general. Las que comenzaban a notar edema en el brazo o la mano han mejorado, algunas de ellas sin volver a notar síntomas, y las que ya presentaban linfedema notan mejoría en el peso y la movilidad del brazo”, asegura la doctora González Cortijo.

Además de este centro hospitalario, el Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla también colabora desde 2013 con el proyecto VidaON, organización que promueve actividades físicas colectivas para la prevención y mejora de la salud en pacientes con cáncer de mama. “Hemos desarrollado un programa de ejercicios acuáticos bajo la modalidad Deep Water running. Esta actividad es muy beneficiosa para la recuperación de las pacientes, ya que en el agua no existe impacto ni estrés en las articulaciones. La Marcha Nórdica es otra actividad fisio-recreativa que realizamos con nuestras pacientes. Aquí trabajamos casi el 90% de la musculatura de nuestro cuerpo, incluyendo las extremidades superiores sin incidir en mayor riesgo de linfedema. Recientemente acabamos de iniciar la modalidad de Remo Olímpico, un ejercicio muy completo de acondicionamiento aeróbico y muscular aprovechando el clima y el río en Sevilla”, comenta la doctora Valero.

El objetivo es ofrecer distintas opciones para hacer atractiva la realización de actividad física a las pacientes y que puedan así adaptarla a su rutina diaria creando y favoreciendo hábitos de vida saludable. “Trabajamos siempre de forma colectiva, ya que realizar el entrenamiento con iguales, personas que han vivido las mismas experiencias y sufren las mismas consecuencias de los tratamientos, favorece la socialización y ayuda a normalizar su situación de una forma más rápida”, afirma la oncóloga del hospital de Sevilla.

La Fundación Quirónsalud ha concedido una beca al proyecto VidaON y Oncoavanze para estudiar el impacto del ejercicio físico en pacientes con cáncer de mama.

“El proyecto se realizará durante dos años en pacientes de Quirónsalud Sagrado Corazón diagnosticadas de un carcinoma de mama en estadio precoz que se están sometiendo a quimioterapia. En este tiempo trabajaremos de forma coordinada oncólogos, profesionales del ámbito de las ciencias de la actividad física y el deporte y psico-oncólogos, aplicando de forma controlada y supervisada un programa de 20 semanas que combina ejercicios de fuerza, coordinación y resistencia aeróbica a través de la marcha nórdica y el entrenamiento funcional”, comenta María Valero.

Con este proyecto se pretende demostrar cómo a través de la actividad física se puede mejorar la tolerancia a los tratamientos y atenuar los efectos negativos de la quimioterapia sobre la capacidad física y funcional de las pacientes con un efecto global final de mejora en la calidad de vida.

Fuente y fotos: www.saludesvida.marca.com

 

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