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Emblema de Independiente, pero jugador del mundo; estigmatizado como entrenador poco trabajador, pero más campeón que la mayoría, el “Pato” se fue el 2 de agosto de 2004 a causa de un infarto masivo. El recuerdo en esta efeméride de quien fuera capitán del Mónaco y cenaba con el príncipe Rainiero y Grace Kelly.

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La muerte sorprendió a Pastoriza siendo el DT de Independiente en su 5° paso por el club.

Lo habían estigmatizado con eso de los asados, que era como creer que Menotti se reduce al achique o Bianchi al celular divino. Era amigo del príncipe Rainiero y de Hugo Chávez, fue sindicalista y empresario a la vez, lo jugó todo y lo ganó todo, especialmente el afecto del fútbol.

A los 62 años, víctima de un infarto masivo, se fue José Omar Pastoriza, el “Pato”, uno de los personajes más queridos del entrañable folklore que es el fútbol argentino.

Debutó en Colón en 1962 y, recomendado nada menos que por Néstor “Pipo” Rossi, pasó a Racing en el ‘64, para formar parte de los inicios del “equipo de José”, que armó Juan José Pizzutti. Entonces, Independiente lo contrató en una operación de canje por Miguel Angel Mori. Comenzó allí una época gloriosa de Pastoriza como jugador, ya corrido al andarivel del ocho, actuando en 184 partidos, marcando 32 goles, conquistando cuatro títulos (Nacional 1967, Metropolitanos de 1970 y 1971 y la Copa Libertadores de 1972), que incluso le valieron ser convocado para la Selección, en la que jugó 18 partidos entre 1970 y 1972, antes de mudarse a Mónaco. “Vivir en un lugar incomparable como Mónaco solamente me lo podía dar el fútbol. La verdad es que a la pelota tengo que ponerla en un altar y rezarle todos los días”, admitía.

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Dos emblemas de la década del ’70 del «Rojo» de Avellaneda: Pastoriza y el «Chivo» Pavoni, en la Libertadores del ’72. Fueron amigos dentro y fuera de la cancha.

Cuando dejó el fútbol, en 1976, Julio Grondona lo contrató como técnico para Independiente, donde acuñó la práctica de los asados de los jueves, que luego algunos pícaros usaron para ridiculizarlo. Pastoriza siempre confió en la técnica del futbolista como medio más óptimo para alcanzar la conquista y pronto dio prueba, en aquella recordada final del Nacional de 1977, contra Talleres en Córdoba. Con los asados ganó seis títulos como entrenador, los Nacionales de 1977, 1978 y 1983, más la Interamericana de 1976 y la Libertadores y la Intercontinental de 1984, todos dirigiendo al rojo de Avellaneda.

Con esa personalidad condujo en 734 partidos a sus equipos: Independiente, Racing, Boca (donde no tuvo remilgos para “colgar” a Hugo Orlando Gatti y darle una oportunidad a quien sería luego su amigo, Carlos Navarro Montoya), Talleres, Argentinos y Chacarita, en la Argentina; Millonarios de Colombia; Gremio y Fluminense de Brasil; Atlético de Madrid de España; y Bolívar de Bolivia, además de las selecciones de El Salvador y Venezuela, cargo que le permitió entablar amistad con el presidente Chávez.

En 2003 volvía al banquillo de Independiente por quinta vez. En dicho puesto permanecía cuando falleció. En su honor, el vestuario del Estadio Libertadores de América, cancha de Club Atlético Independiente, lleva su nombre.

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Pastoriza como DT y su primer título con Independiente: el Nacional de 1977 ante Talleres(Cba.) en inolvidable hazaña con 8 jugadores.

Fuente: www.pagina12.com.ar

Fotos: Web.

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