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El 25 de junio de 1994 fue el último partido de Maradona en la Selección: la historia detrás del error de Diego que resultó fatal. La compra de un compuesto vitamínico equivocado derivó en el doping que sacó al 10 de su último Mundial.

Era una fiesta. Terminó en un drama nacional. Hace 25 años exactos, Diego Maradona jugaba su último partido con la Selección tras el 2-1 a Nigeria por la segunda fecha del Grupo D del Mundial 1994 de Estados Unidos. El control antidoping cantó efedrina y abrió la puerta a la victimización del astro y de los millones de hinchas con la frase «me cortaron las piernas».

Maradona era un bailarín. Pesaba 74,500 kilos y ocho antes, en México ’86, jugó con 75. Tanto él como los otros 21 habían pasado sin sobresaltos los controles antidoping privados que dispuso el cuerpo técnico.

Ricardo Echevarría, quien había estado en todo el proceso de Carlos Bilardo, era el preparador físico. Ernesto Ugalde era el médico al que antes del viaje a Boston se sumó Roberto  Peidró, recomendado por Rubén Díaz. El Panadero y Reinaldo Mostaza Merlo fueron los ayudantes de Basile. Fernando Signorini era el PF personal de Diego, el hombre que lo había puesto en forma para el Mundial, en un largo y exigente proceso de entrenamientos previos. Maradona, además, llevó a Daniel Cerrini, un fisicoculturista que entonces tenía 27 años, y atendía la dieta del 10 y de su entonces esposa Claudia Villafañe.

En la habitación 217 del Babson, Maradona tenía su coto privado. Allí guardaba los suplementos que le proporcionaba Cerrini, quien se quedó sin suministros y fue al centro de Boston a comprarlos. La diferencia entre Ripped Fuel y Ripped Fast fue fatal. Uno contiene efedrina, el otro no.

«No sabés todo lo que tenía», le admitió Julio Grondona a este cronista en Dallas, cuando el desastre estaba consumado. No dio detalles. Horas después, Maradona aseguraba que le habían cortado las piernas.

Es cierto que Maradona era Maradona y hacía y deshacía. También es cierto que sabía que cualquier paso en falso costaría carísimo. Como mínimo, hubo impericia en el desconocimiento de que la efedrina estaba dentro de las drogas prohibidas. Y es cierto que la FIFA también puso palos en la rueda a los médicos Ugalde y Peidró cuando denunciaron incorrecciones en la contraprueba. La sospecha de Basile de que Joao Havelange fue decisivo para definir la expulsión de Maradona es tan atendible como incomprobable.

Un cuarto de siglo después, solo hay aproximaciones a lo que ocurrió, nunca una verdad absoluta, terminante, indiscutible. Certezas y suposiciones hacen un cóctel increíble al que no le llegó la fecha de vencimiento, salvo para el protagonista principal.

Maradona jugó 15 partidos y marcó 8 goles en el Juvenil; hizo 31 goles en 89 partidos de la Mayor. Se cumplen 25 años de la última vez. Parece que fue ayer.

Fuente y foto: www.clarin.com

 

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