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El 31 de mayo de 1964, ‘El Loco’ Luis Rubén Di Palma logró su primer triunfo con 19 años, siete meses y cuatro días, en la Vuelta de Arrecifes, ante su gente. Fue uno de los mejores pilotos argentinos de la historia. Logró siete títulos nacionales y preparaba sus autos para ser campeón.

El Loco Luis, como se lo conocía a Di Palma, nació el 27 de octubre de 1944. Tuvo que criarse solo, fue mecánico de su vecino Carlos Alberto Pairetti y compitió contra éste en el TC, donde debutó en 1963.

El 31 de mayo de 1964 logró su primer triunfo con 19 años, siete meses y cuatro días, en la Vuelta de Arrecifes, ante su gente. “Ganar justo en Arrecifes fue algo increíble. Pensar que hay mucha gente que nunca pudo ganar cerca de su ciudad y a mí se me dio a meses de mi debut. Eso me ayudó a conseguir publicidad. No nos sobraba plata, pero sí teníamos para presentar el auto bien armado en todas las carreras”, había dicho.

Durante 54 temporadas mantuvo el récord de ser el ganador más joven de la popular categoría, que recién batió Juan Tomás Catalán Magni (otro arrecifeño), con 18 años, seis meses y 30 días, pero siendo piloto invitado de Juan Manuel Silva en los 1.000 Kilómetros de Buenos Aires en 2017. Además, Luis se dio el gusto de ganar con las cuatro marcas en el TC.

Su época más gloriosa fue sin dudas en la década del setenta. Con autos construidos por Oreste Berta, nada menos, logró cinco campeonatos: TC (1970 y 1971), Sport Prototipos (1971 y 1972) y Fórmula 1 Mecánica Argentina (1974). En esta categoría repitió campeonato en 1978, pero ya no estaba con el Mago de Alta Gracia. Luego llegaron otros dos títulos nacionales, ya con su propio equipo, en el TC 2000 (1983) y el Supercart (1993). Además formó parte de la Misión Argentina en las 84 Horas de Nürburgring en 1969, con los Torino que pusieron a la industria argentina bien arriba. De hecho, de los tres “Toros” que largaron, el que terminó la carrera fue el auto que más vueltas dio (334) en la clasificación general y terminó en el puesto cuarto.

Luis era intenso, con mucha adrenalina y corría con lo que fuese. Entre 1970 y 1972 participó de los 1.000 Kilómetros de Buenos Aires con el Berta LR, un prototipo argentino que se midió con los Porsche y Ferrari, que eran referencias del Mundial de Endurance. Tuvo buenos parciales, pero sin poder concretar en aquellas carreras en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez. También en las 24 Horas de Le Mans en 1973, Di Palma compitió junto a su amigo Néstor Jesús García Veiga. Con una Ferrari 365 GTB/4 fueron 29° en la clasificación general y 10° en su clase. Sumó dos ediciones del Rally de la República Argentina con un Audi Quattro en 1983 (abandonó por un despiste) y en 1984 (desertó por una falla en el motor), fechas válidas por el Mundial de la especialidad.

Sin ser un técnico o ingeniero y sin haber cursado el colegio secundario, supo prepararse sus autos y hasta fue uno de los pioneros con las energías alternativas al punto de poner en pista un Torino con motor impulsado a GNC en una carrera del Supercart, en Buenos Aires en 1990. El auto tuvo fallas mecánicas, pero su apuesta fue un hito.

Quiso mucho a su Arrecifes, donde llegó a ser precandidato a intendente para las elecciones de 1999. Era un apasionado por los motores y la velocidad. También le gustaban las motos y lanchas. “Corro porque me gusta y lo siento. Aunque me gusta más volar. Soy mucho más feliz arriba de un avión que de un auto de carrera”, aclaraba y por eso piloteaba ultralivianos, aviones y helicópteros, donde con uno de ellos perdió la vida en un accidente en Carlos Tejedor (Buenos Aires) el 30 de septiembre de 2000. Tenía 55 años y en sus días finales trabajaba a destajo para poner en pista otro Torino para el TC.

Fuente: www.infobae.com

 

 

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