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Se vienen las «500 Millas de Indianápolis» y entre sus tantas curiosidades, a lo largo de 103 ediciones, encontramos la del espejo retrovisor, que debutó en competición en la mítica competencia americana.

El patentamiento del espejo retrovisor llegó diez años después de que se pose por primera vez en un auto formal, algo que había realizado una dama.

En competición la leyenda se remonta a 1910 con Howard C. Marmon, un constructor de automóviles, que deseaba participar de las «500 millas de Indianapolis», una carrera muy interesante que se celebraría por primera vez al año siguiente.

Contactó a Ray Harroun, un piloto de 32 años que lo ayudaría en el diseño y el desarrollo del automóvil.

Juntos construyeron el Marmon Wasp, un fenómeno en ingeniería y aerodinámica.

El también apodado «Yellow Jacket» no fue un auto normal para la época.

Los autos de carreras conservaban lugar para el piloto y el mecánico, quien supervisaba el rendimiento de la máquina y avisaba posiciones de rivales, acercamientos de otros competidores.

Marmon y Harroun habían creado una carrocería demasiado estrecha que permitía solo un puesto de ubicación. No había capacidad para la butaca del acompañante.

Sobre la base de una necesidad, así nació el espejo retrovisor.

Había que montar algo que reemplace la función del copiloto y que pudiera mostrarle al conductor la ubicación en pista de sus rivales.

Fabricaron un soporte donde descansaba un pequeño espejo, no del todo eficiente ni apropiado, con un campo de visión limitado.

El elemento en cuestión se puso justo frente a la mirada del piloto.

El Marmon Wasp amarillo # 32,  conducido por Ray Harroun, fue el primer automóvil con espejo retrovisor de la historia y además ganó la primera edición de las históricas «500 Millas de Indianápolis» en 1911.

Tras la victoria, el equipo se retiró de la competición eternizando la gesta. Decidieron dedicarse por completo a la ingeniería automotriz. No sabían, hasta ese entonces, que habían ideado uno de los componentes más representativos y simbólicos de la historia de los autos.

El modelo de 1911 se exhibe, en perfecto estado de conservación, tal cual era su estado original, en el Museo del Indianapolis Motor Speedway

Más de cien años después de su inclusión, el espejo retrovisor se debate hoy su permanencia.

La tecnología promete jubilarlo en un futuro cercano. Su resistencia aerodinámica y sus puntos.

Fuente y foto: www.carburando.com

 

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